ARTE: Sursum Corda

por Anatole Baptiste

 
Arriba los corazones, elevemos nuestros espíritus a lo más alto, alimentemos nuestras almas con el más excelso arte, ascendamos al séptimo cielo. Pero advertidos los incautos, pecadores cegados por San Lorenzo, ateneos a la caída, puesto que el guacharrazo será mortal.
O al menos esto me gustaría decirles a todos aquellos que se me acumulan en la lista de negativas, cuando les pedimos una sala de exposiciones. Parece que nuestra sociedad de vanguardia, obcecada en la absurdidad no quiere entrar en razón. Cuántas veces he de repetir que coetáneos somos todos ahora, y qué decir de contemporáneos.
Porque aunque parezca mentira, modernos eran nuestros bisabuelos, al menos en el argot artístico. ¡Que sí! Que nuestro trabajo podría encasillarse como “neoimpresionismo”, que no nos importa reconocer que podríamos ser el eslabón perdido entre los pintores de principios del XX y el orinal de Duchamp.

No es que me considere un gran artista, hedonista y sibarita, al que le encante codearse con sujetos de su misma índole. Lo que sucede es que a uno se le agota el entendimiento. Fenómeno que se da en los humanos con la capacidad de pensar, que no todos la tienen.
Pero es que después de tantos años dándonos coces por aprender el buen saber hacer, ahora resulta que no encuentro un solo hueco donde echar raíz, ni como pintor, ni como escultor, ni como escritor, porque no hay alma cristiana que entienda de arte. Y los pocos miserables que saben apreciar lo bueno, apenas se cuentan con los dedos de una mano.

Es increíble que España haya sido un país de grandes artistas, Velázquez, Goya, Casas, y que Antonio López sea el pintor/escultor español más cotizado en vida, (¿no sé qué dirá Picasso?). Aun más increíble es que siendo la que más gusta, la que más vende, la que más se comprende, conoce y visita el público, la representación figurativa de calidad, por muy abstracta que sea, no se encuentre ni en la más arrabalera sala expositiva del pueblo menos cotizado.
¿Y por qué digo esto?, porque en nuestra agenda cultural es imposible, a día de hoy, encontrar la obra de desconocidos grandes pintores, escultores, etc., cuya obra sea digerible para el público y no necesite de más de cincuenta páginas para justificarse. Salvando el Thyssen y el Prado, cuyos habitantes nos quedan ya algo lejanos en el tiempo, raro es encontrar un museo que ocupe algo más de media manzana, con carácter clásico y que no albergue una itinerante de algún artista centenario como lo es Rembrandt. Caso actual del Guggenheim de Bilbao, que pudimos visitar hasta el veintitrés de Enero.

Y es que no hace falta ser muy avispado para comprender el concepto. Trataré de explicarme ejemplificando: “Villano secuestra a chica guapa que chico portentoso rescata airado”. Es un argumento clásico en el cine y la literatura, que se sigue proyectando en las salas (Tron o Avatar). Un discurso arcaico que se repite actualizándose, reflejando la sociedad de cada momento. El coche sigue teniendo cuatro ruedas, un volante y cinco plazas, pero corre más y su diseño atiende a la década que habitamos.
Ahí es donde quería llegar. Ser un clásico del arte plástico, hoy por hoy, significa representar nuestra sociedad de un modo similar al que se ha hecho centurias atrás por los grandes maestros. Quizás un bodegón de teléfonos móviles sea un buen ejemplo, siempre y cuando esté bien pintado y la huella del creador sea inconfundible. De todos modos prefiero las composiciones frutales y los paisajes, que aunque enrarecidos, siguen en nuestras dietas.
La obra de arte se expresa a sí misma a través de su propia forma, la obra se independiza del creador, aunque no deja de hablar de él. El gesto del pincel, la disposición de la palabra, la composición del acorde. La calidad, la belleza, es algo intrínseco al hombre, atemporal. Varía, eso sí, pero nunca haciendo gala del mal gusto.

Si hasta este punto seguimos de acuerdo, empecemos a olvidar, que es lo más práctico para no sufrir.
Olvidemos a todo copista fotográfico, que en las recreativas de mi pueblo hay una máquina que hace retratos al estilo de Van Gogh y de otros tantos homónimos. La obra de estos sujetos ya se prodiga en muchas salas, y la expresión más repetida es aquella de: “¡Oh, parece una foto!”. NO, el arte no es un proceso mecánico, el arte se diferencia de las máquinas, la pintura recuerda a la realidad. El ojo y la mano contra la naturaleza.
Y olvidemos también a aquellos grandes genios que cursan Bellas Artes, licenciándose sin saber escribir sin faltas, sin oficio alguno, y mucho peor aún, sin lavarse en semanas. Devaluando una carrera que ya ha tocado fondo y creando una imagen del artista de la que me avergüenzo sumamente. Aquellos pensadores sin igual que confunden una mierda “pinchá” en un palo con la nouvelle cuisine. Y que no me repliquen estos individuos con que no queda nada por hacer, que ya está todo visto, que desde que hay pintores que pintan con los genitales y elefantes artistas, la única ínsula que le queda al creador es el conceptualismo trascendental, que ya no sale del oficio de la mano, sino del “yo” más profundo, y que para su expresión, no importa cómo ni con qué.
Y es que cuando no se tiene ni idea, es mejor retirarse, o al menos dejar pasar al que lucha por avanzar, que con tanta mierda acabará por reventar el inodoro. Y esto es normal que suceda, puesto que para ser artista sólo hace falta un pincel, un boli o una trompeta, pasa lo que pasa, que no sabemos diferenciar el tocino de la velocidad, y por si fuera poco, la televisión se encarga del resto, concediendo a Melody cinco minutos en el telediario de las nueve, tildándola de niña prodigio. Menos mal que para ser médico todavía hay que ser licenciado, pues en caso contrario, habría más matasanos por barrio que letras tiene este texto.
Pues aunque nos pese a la gente con saber hacer en las artes plásticas, el hueco que nos dejan los copistas, los fotógrafos, las abuelas, los médicos e ingenieros pintores de domingo, y los grandes de la vanguardia, es ninguno. Así que si usted está cansad@ de ver a Da Vinci, a Manet, a Toulouse, a Murillo y no encuentra nuevos talentos que continúen la estirpe, pruebe a ver la obra bocabajo, o incluso mejor, espere que editen la versión 3D de las Meninas, será un éxito seguro.

Así pues, con esto no quiero más que reivindicar la ineptitud, por no llamarlo de otro modo, de los asesores, técnicos, galeristas, etc, que abundan en nuestras fronteras, y cuya capacidad intelectual para diferenciar la vanguardia del fraude artístico de nuestros días, es inversamente proporcional al ego de esos grandes farsantes, “artistuchos” de quinta regional cuya obra gusta tanto a esos grandes entendidos en el “subnormalismo”. Viva “ARCO” por muchos años.
Por lo pronto, recordemos con añoranza a Sorolla, que abandona de nuevo su patria. Y es que lo hablado hasta ahora no es nuevo, y a él también le costó un dolor convertirse en el gran pintor que es hoy (aunque a título póstumo) teniendo que emigrar para profetizar lejos de su tierra.
Aquí les dejo varias exposiciones que quizás, si no las han visto, valga la pena visitar.

Guggenheim de Bilbao: Fondos del museo, obra de principios de la segunda mitad del XX. Arte abstracto y conceptual.  16 febrero 2010 – 13 marzo 2011. Vuelta rápida.
Mubag de Alicante: Fondos del museo, obra de principios de la segunda mitad del XX. Arte abstracto y conceptual.  A partir del 14 de diciembre. Vuelta rápida.
IVAM de Valencia: Mucha foto y refritos. Julio González y David Smith. Un diálogo sobre la escultura. 20/01/11 al 01/05/11. Aunque siempre queda Pinazo. Mejor no entre.
Thyssen de Madrid: Jardines impresionistas. Del 16 de noviembre de 2010 al 13 de febrero de 2011. Más de lo de siempre, pero da gustito ampliar el catálogo. Deléitese.
El Prado de Madrid: Pasión por Renoir. 19 de octubre – 13 de febrero de 2011. Digamos que llamarse Renoir no garantiza una gran obra. Me quedo con sus primeros años. Vuelta y media.
Museo nacional de arte de Cataluña: Joies d’artista. Del modernisme a l’avantguarda. Data: 27 de Octubre de 2010 – 13 de Febrer de 2011. No pague por esto, y si entra a la permanente, verá lo de siempre, que nunca está de más.
El Matadero y La Casa Encendida de Madrid: Aquí es mejor presentarse por sorpresa, así, sin más, y una vez allí ya se decide qué hacer, si echarse las manos a la cabeza, angustiarse o indignarse. Pero antes de que llegue la catarsis, haga usted el favor de marcharse, que esto lo pagamos todos, aunque sea una parte.

Y si no queda satisfech@, yo les invito todos los meses a ver obras de artistas de gran talento, cuyo desconocido nombre no les precede, pero cuya impronta habla por sí sola. Espero que sepan a bien estas reproducciones digitales, puesto que su obra seguirá apilada unos cuantos años en el trastero.
Ésta es mi primera apuesta, Alejandra Notto, pintora entre pintores, talento sin igual entre muchos. En este link pueden descargar un pdf (libre de virus) con parte de su obra. Pinchad en este enlace de Rapidshare para descargar el archivo.

Haz clic para acceder a DOSSIER2010.pdf

Por cierto, que el talento no tiene fronteras, e igual que el pintor se queda sin sala, el escritor se queda sin editorial cuando no habla de vampiros, magos, 2ª Guerra Mundial o del submundo gay de las calles de Madrid, “manque” su obra sea original, cualitativa e interesante. Porque en lo superfluo, en lo cotidiano, en el trinar de los gorriones, también se encuentra la belleza, y para ganar el World Press Photo no es necesario retratar a un niño negro muerto de hambre.
Quizás, por ello, revistas como esta, reciben de frente el azote atlántico, que de quejicas está lleno el mundo, y aunque se expresen entre letras con garbo y salero, es mejor tenerlos callados, no vaya a ser que se revolucionen las masas. Pero esténse tranquilos, que aunque el facebook ronda millones, nuestro blog no llega a los cientos.
Resignados, asumamos que todo lo dicho no importa, si no hay negocio, no hay cultura, y el dinero es el pan de cada día.

Amén.

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