«No aparcar, salido», de César de las Heras

Cuadernos del Laberinto

cesardelasheras_1La editorial madrileña Cuadernos del Laberinto ha editado el poemario  NO APARCAR, SALIDO del autor segoviano César de las Heras, quien a través de  una sucesión de poemas narrativos nos habla del proceso creativo, de la maraña de dificultades, soledades y problemas que aparecen cuando un joven desea comenzar profesionalmente su carrera artística.

De las Heras se sumerge en las entrañas de la estepa castellana, entre las paredes frías de un estudio solitario, de la incomprensión de los lugareños y desarrolla un complejo mundo literario en donde cada paso, cada aliento son un milagro, son un proceso vital del que evoluciona para convertirse en lo que desea, en lo que creará.

Cuando pasas cinco años entre cuatro paredes,

cuando las paredes desprenden humedad,

abandono,

cuando tú ya te fuiste pero dejaste cinco años,

algo debe quedar allí encerrado,

algo similar a las pelusas del ombligo.

Cuando has pasado tanto frío, cuando has sufrido

tanto

y has crecido hasta hacerte suficientemente fuerte

como para aguantar un tiempo,

cabe la posibilidad de que se te hayan redondeando

las aristas,

de que hayas adquirido una forma modelada

por las horas,

por el espacio inexpresivo en el que te has

expresado,

puede que la estancia hormigonada cuya

luz fluorescente

te ofreció dioptrías a cambio de tus mejores vistas,

no solo se haya hecho con tus ojos,

cabe la posibilidad de que se haya hecho con tu

mente

y de que te mantenga entretenido para que no te

des cuenta de quién eres.

Hoy César de las Heras charla con nosotros sobre este proceso creativo, sobre NO APARCAR, SALIDO y su percepción de la cultura.

P.: ¿Qué es la poesía, cómo se pasa de ser un reconocido escultor a sentarse ante el papel en blanco y hacer versos?

R.: Para mí la poesía es cola de contacto, pegamento, si fuera atmósfera sería lo que rodea o nos rodea y por lo tanto nos relaciona y relaciona. Partiendo de esta premisa es fácil imaginar que primero fue ella y luego el resto. Llevo escribiendo desde mi primera juventud y el resto de las artes se han ido arrimando y han ido utilizando la poesía para completarse. En mi obra plástica siempre hay poesía y en mis proyectos escénicos, como en Sudario LIVE, que interpreto ahora en salas y teatros, la poesía interpretada, mis textos y mi voz crean la atmósfera para que se muevan esculturas, imágenes y músicas.

P.: Defínanos NO APARCAR, SALIDO, este su primer y sorpresivo poemario.

R.: Es el grito de un muchacho que se iniciaba en soledad, frío y abandono, en el complejo mundo de la creación, en la búsqueda del arte. Es un tributo a cinco años entre cuatro paredes repletas de horas, de sueños, de pensamientos, de fracasos, de ilusiones, de perros, musas, deseos y obsesiones. Es una cuasi oda que cuenta lo que pasa cuando empiezas a caer por un acantilado y te agarras y te sueltas y te sujetas y te caes y el precipicio se extiende indefinidamente sin llegar a definir los días.

P.: Su poemario está impregnado de los temas fundamentales de la poesía: el amor, la soledad, la propia creación… ¿Cómo logra decir de forma novedosa lo de siempre?

R.: Haciendo variaciones, es decir, no hablo del amor, hablo del deseo  sexual y de la facultad del Onanismo para evadirse o calentarse; respecto a la soledad la rodeo de musas, perros, frío, arañas, paredes… Sobre la creación preguntárselo a ella.

P.: ¿Qué aporta la poesía al mundo contemporáneo?

R.: Como decía al inicio la poesía es algo que nos rodea y en lo que nos movemos, es más, creo que va siendo hora de decir a los científicos que algunos ya sabíamos de la existencia de la partícula de Dios y que fue descubierta mucho antes que Higgs  por los sensibles e incluso por algún orador o artista, no digamos poeta.

P.: Usted mismo confiesa que ni las musas se fían de El Expurgatorio ¿No confía en el ser humano, ni en uno mismo ni en otros?

R.: Confío hasta que dejo de confiar, desconfío hasta que vuelvo a confiar. No es un artículo de Fe, ni una máxima, ni siquiera un concepto, son dudas, expresiones del momento que el siguiente momento pone en duda.

P.: Indíquenos 10 artistas a los que admira.

R.: No admiro a un artista, admiro una obra, un detalle, un gesto. Si revisas a cualquiera de los que se admiran, su admiración viene por una serie de escasos momento que supo atrapar en su vida y convertirlos en algo. Según esos momentos sean, más o menos, de mayor o menor calidad, el individuo en cuestión es más grande. No obstante desde Atapuerca a Grecia, de Bach a Sakamoto, del Románico a  Foster, de Machado a Murakami o de Cervantes a Sabina o Adriá hay muchas cosas que mirar, escuchar o sentir.

P.: Es usted un gran viajero, ¿cuál es la ciudad más hermosa que ha visto?

R.: Tampoco me defino, hay lugares… La pagoda Shwedagon, Varanasi, Teotihuacan, Antigua, Phi- Phi, Angkor, Ha-long, la plaza de San Martín de Segovia… y algún millón más.

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