Roberto Yagüe
«¿Cómo ha podido ocurrir? ¿Quién es el culpable? Bueno, ciertamente unos son más responsables que otros y tendrán que rendir cuentas. Pero la verdad sea dicha, si estáis buscando un culpable, solo tenéis que miraros al espejo. Sé por qué lo hicisteis, sé que teníais miedo. Y quién no. ¿Guerras, terror, enfermedades? Rabia una plaga de enfermedades que conspiraron para corromper vuestros sentidos y sorberos el sentido común. «
V de Vendetta
He votado sabiendo que vivo en un país donde los principios de justicia, igualdad, dignidad y libertad están siendo devorados por un sistema basado en el dinero.Los resultados electorales son una muestra de cómo los españoles han sido bombardeados con una campaña de marketing en la que el empleo ha sido vendido como si de un perfume de lujo se tratara.
Estoy indignado en el más completo sentido de la palabra, no solo por estar en desacuerdo con las ideas políticas que ha vendido a España este personaje erróneamente llamado político, sino por los no votantes. Esos que no se comprometen, ni reflexionan, ni comprenden ni hacen por comprender. Esos a los que el conformismo de no querer saber nada de lo que pasa, ni saber las repercusiones que han tenido y tendrán las cosas que nos afectan directamente, les hace estar al margen, ignorantes de entender que este teatro de las elecciones va de cómo queremos vivir y, de momento, ésta es la única forma de construir realmente algo, para no morir con una historia personal que nunca hubiéramos elegido pero la hemos consentido por cobardes e inconscientes. Y repito, una historia personal, no una historia de acumulación de bienes tan dañina como una homilía de Rouco.
Así pues, menos mal que no tengo el síndrome de Münchhausen, porque acabaría arruinándome con el copago sanitario, engrosando la lista negra de sanidad madrileña gestionada por “la Esperanza” y que poco a poco se extenderá como una pandemia.
Münchhausen
Nik, el niño protagonista de esta historia, no tiene un caballo como el Barón de Münchhausen, ni recorre con sus aventuras la infinitud del universo. Nik no es intrépido como el Barón que vuela en su caballo. Nik sabe lo que es el miedo porque es un niño enfermo al que se le pasan largos los días y los años prisionero de los peligros que acechan por el largo pasillo y las estancias de su casa… Pero… Nik está empecinado en esclarecer lo que ocultan y sugieren los laberintos vitales que transita con su familia acomodada y provinciana.
Los actores Carmen Conesa, Adolfo Fernández, David Castillo, Teresa Lozano, Macarena Sanz, Samuel Viyuela e Ileana Wilson protagonizan el montaje Münchhausen, basado en el texto escrito por Lucía Vilanova, seleccionado por el Comité de Lectura y ganador del Premio de la Asociación para la Infancia y la Juventud (Assitej) en 2007
Para Bolta, se trata de una tragedia moderna del mundo en que vivimos: “Una sociedad de personas que no saben cómo amar o en todo caso cómo odiar, verdugos que también son víctimas, incapaces de mostrar sus sentimientos y sus emociones, incapaces de poderse comunicar con el otro. En Münchhausen hay personajes en una lucha interior tremenda, a los que no siempre su pensamiento y sus sentimientos les ayudan a elegir aquello que consiga hacerlos más felices. Hacen lo que pueden. Puede parecernos mentira, pero es muy fácil confundir dar amor con producir dolor”.
La escritora, fascinada con las obras de teatro que rodean al entorno familiar, da forma a las vivencias determinantes de la infancia, retratando una familia feliz según los ojos de un niño enfermo. Así pues, esta obra nada tiene que ver con “Las aventuras del barón Münchhausen” sino mas bien con el trastorno psiquiátrico que se caracteriza por inventar y fingir dolencias (o incluso provocárselas a uno mismo mediante la ingesta de medicamentos o mediante autolesiones) para llamar la atención de los médicos o familiares, y ser tratado como un enfermo.
Teatro Valle-Inclán. Sala Francisco Nieva
Hasta el 23 de diciembre de 2011
Hasta el 23 de diciembre de 2011
En la luna
Alfredo Sanzol es otro de los nombres del recambio generacional que experimenta la escena madrileña. Tras Delicadas, estrena el día 23 en La Abadía de Madrid En la luna, un espectáculo que nace de su experiencia como padre, ambientado en la Transición española. Vuelve con parte de sus actores, con Juan Codina y Lucía Quintana.
Para En la luna Sanzol ha indagado en sus primeros años de vida, lo que le ha llevado nuevamente a los 70, a la Transición española: “En mi teatro no separo vida privada de pública. Mi experiencia es que la vida pública condiciona mi vida privada, y al revés. Si el teatro habla de la vida, tiene que hablar de política”.La Sala Juan de la Cruz del Teatro de la Abadía se convierte en un trozo de luna para mostrarnos la historia de seis personajes que se asoman a la Tierra en un intento por comprender quiénes son. Este conocimiento del presente y la propia identidad les viene dado a través del recuerdo de quiénes fueron y refleja, al tiempo, un determinado momento histórico de nuestro país.
«Para un niño era imposible saber qué estaba pasando, pero lo intentábamos, y la excitación, el miedo, la esperanza, el caos, la palabra libertad… se quedaron grabados en nuestra memoria. Son los surcos de nuestro disco duro.»
Obra muy recomendada por el maravilloso lugar en el que se escenifica y por la frescura del humor que contiene.
Teatro de la Abadía. Sala Juan de la Cruz
Hasta el 8 de enero de 2012
Hasta el 8 de enero de 2012
No me hagas daño
La sala pequeña del Teatro Español acoge un texto del autor Rafael Herrero Martínez, quien durante seis años dirigió el programa cultural “La Mandrágora” de Televisión Española.
Luisa es una de esas mujeres que viven una historia de dolor, humillación y angustia, pero también de esperanza. Una de tantas Luisas que no hay que olvidar y que es necesario que nos cuente una y otra vez su historia para que no se repita como un bucle que no termina y que acaba en desidia, en cansancio. Puede que haya muchos que se cansen de las mismas noticias, pero alguien tiene que acordarse de estas mujeres y decirles que no están solas, que la sociedad está con ellas.
La gente quiere ir al teatro para reír, para olvidar… pero también para emocionarse, para reconocerse, para gritar, para dar voz a personajes como Luisa… Esos espectadores pueden transformarse en una marea imparable que quizá devuelva la risa, la energía y la esperanza, a esas mujeres maltratadas para que sientan que no están solas…
Teatro Español. Sala pequeña
Hasta el 4 de diciembre
Hasta el 4 de diciembre
