Francisco José Segovia Ramos
Basado en el relato “La pradera”, de Ray Bradbury
La productora lo había mantenido en secreto, y solo el mismo día del estreno el mundo conocería los nuevos avances en la cinematografía. John Wales, el jefe de producción, sonreía ufano ante los medios, y antes de entrar en la sala dijo, henchido de orgullo:
—Esta película marcará un antes y un después en la historia del cine.
Dentro de la sala, mil espectadores aguardaban expectantes el inicio del filme. Para ver la película no hacía falta ningún artilugio: bastaba mirar la proyección y todo discurriría de forma natural pero espectacular: algo nunca disfrutado en los cines. Cuando se apagaron las luces y empezó la película, todos supieron que algo grande estaba aconteciendo: los dragones volaban entre las filas de los espectadores, y sus ojos parecían reconocer a todos y cada uno de ellos… como si estuvieran allí mismo y fueran conscientes de su existencia. Los gritos de asombro daban lugar a tensos silencios que se podían tocar con los nerviosos dedos, y cada espectador se encontraba aislado de su entorno, pegado a su silla –que ya no era tal, sino mero aire que lo sustentaba-, inmerso en una historia que era tan real que anulaba cualquier otra sensación. Alguien gritó que sentía el calor de las llamas flamígeras de los dragones, y otro respondió –al éter, a nadie en concreto- que notaba sobre su pelo el moviente aire de las alas de los demonios voladores. El filme siguió discurriendo, absorbiendo más y más a los espectadores, hipnotizándolos y haciéndolos suyos. Los dragones volaban sobre las filas de asientos, y sus llamas iluminaban la sala y encendían las doradas cortinas de la salida.
El cine “Majestic”, donde se proyectaba la película que iba a marcar una época, ardió por completo la noche de su estreno. Todos sus espectadores murieron abrasados por las llamas, o asfixiados por el humo, incluido el productor, John Wales.
Sobre las violentas llamas algunos testigos aseguraron haber visto volar extrañas y enormes sombras… con forma de dragones.