Carla Demark
La niña del subte, ésa que pide,
tiene ojos náufragos
y mirada arrepentida.
No la conozco, ni sé su nombre
y sin embargo,
a mi casa la llevaría.
Le daría besos de madre
y jugaría a ser princesas,
y jugaría.
No quiero que se arrepienta
de ser niña.
No quiero que lamente
su opaca vida.
La llevaría a mi casa esta misma noche,
y besos de madre le daría.
Besos de madre cada noche,
para que nunca se arrepienta
de estar viva.
—
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