Estefanía Farias Martínez
Día 1:
—Ayer hicieron la votación en el Congreso, ganó la propuesta del Partido de los Ignorantes.
—¡Es una barbaridad!
—Depende de cómo lo mires. No afecta a todos, sólo a algunos sujetos. ¿Tú no castraste al gato para poder tenerlo en casa?
—Sí, pero no es lo mismo.
—Bueno, a ellos no les van a castrar.
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Día 100:
—¿Con quién hablabas?
—Con un compañero de la facultad, un tal Fulgencio no sé qué. Ni siquiera sabíamos qué estudiaba, sólo estaba allí y no faltaba nunca a las manifestaciones de los jueves.
—¿Y qué quería?
—Presumir.
—¿De qué?
—Le han puesto en la lista de los reciclables.
—¡Qué horror! ¿Sabe lo que le van a hacer?
—Para él es un honor. Dice que después de tantos años de esfuerzos por fin ha conseguido su recompensa.
—¿Qué recompensa?
—Ser clasificado como intelectual que dificulta la convivencia pacífica.
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