Julio Fernández Peláez
![]() |
©Vlahovic-http://www.presseurop.eu |
Soy un lobbyto bueno: desde el lado invisible de la realidad aconsejo a los presidentes de los gobiernos lo que deben hacer, y lo que no.
Soy un lobbyto bueno, de aquellos que colaboran mediante generosos préstamos en los rescates de los derrochadores.
Soy un lobbyto bueno, mi misión es velar por el buen funcionamiento de las democracias, a cualquier precio, de todas las formas posibles, sin necesidad de escuchar al estúpido pueblo.
Soy un lobbyto bueno, capaz de provocar guerras aquí y allá con tal de salvaguardar lo que mueve al mundo: el capital.
Soy un lobbyto bueno, y junto con otros lobbytos dicto las leyes del mercado, y marco los próximos objetivos de máxima rentabilidad en la agenda de los grandes organismos.
Soy un lobbyto bueno, tan bueno que vivo en la chepa de Merkel para susurrarle al oído todo lo implacable que ha de ser con sus súbditos griegos.
Soy un lobbyto bueno, juguetón y piadoso: es preciso saber hasta qué punto aguanta esa pobre gente trabajadora y sumisa. Es necesario que conozcamos el valor exacto del sufrimiento.
Soy un lobbyto bueno, mi corazón llora cuando la caprichosa especulación hace que inevitablemente mueran millones de personas de hambre, y países enteros se queden en bancarrota.
Soy un lobbyto bueno, allano el terreno para que las multinacionales se instalen donde quieran y donde quieran exploten los recursos humanos.
Soy un lobbyto bueno, muy bueno, tan bueno que me avalan todos los organismos internaciones, incluida la ONU.
Soy un lobbyto, y ahora que sabes quién soy y por qué he venido, te digo: PÁGAME, PUTA, LO QUE ME DEBES, PORQUE SI NO, TE RAJO.